¿Se puede contabilizar una factura proforma?
Una factura proforma no se puede contabilizar, puesto que es un documento que básicamente informa de la validez del precio de un bien o servicio durante un periodo determinado. Por tanto, no se puede tomar como una factura real y, por tanto, no tiene validez administrativa, contable ni legal.
La factura proforma es más bien una especie de borrador de la factura corriente y debe contener los mismos datos que ésta a excepción de tres especificidades:
- Debe aparecer en el encabezado el texto ‘Factura proforma’.
- Debe llevar una serie numérica distinta a la de las facturas corrientes o incluso no llevar ninguna numeración.
- Puede o no llevar la firma y sello de la empresa.
Así pues, una factura proforma no tiene ningún valor contable y, de hecho, al no tener validez fiscal ni contable la Agencia Tributaria nunca las aceptará como una documento válido en un proceso de inspección o requerimiento, por lo que hay que tener bajo control y bien diferenciadas las facturas ordinarias y las proforma para evitar conflictos con Hacienda.
Es destacable que el uso de las facturas proforma se da en su mayoría en el ámbito del comercio internacional, para que el comprador disponga de toda la información de la mercancía que va a recibir. Pero también se pueden utilizar porque el comprador necesita efectuar un trámite precedente para justificar un gasto futuro, sobre todo a efectos de subvenciones o cuestiones de financiación.
Lo que sí conviene señalar es que en el supuesto de que la factura proforma esté firmada por el vendedor y el comprador este documento toma carácter de contrato de compraventa, al existir un compromiso por ambas partes. Si se produce esta situación hay que fijar un marco legal que establezca a qué legislación se recurrirá para resolver cualquier tipo de conflicto que pueda derivarse del incumplimiento por alguna de las partes de lo convenido en el documento rubricado.