Porque personalizar las facturas

¿Hay diferencia entre una pre-factura, una proforma y presupuesto?

En efecto existen notables diferencias entre una pre-factura, una proforma y presupuesto, que tienen mucho que ver con la finalidad distintiva de cada uno de los documentos.

En este artículo analizaremos las características que los definen con mayor profundidad, para que sepas en todo momento cuál elegir en función de tu situación concreta.

Diferencias entre factura proforma, pre-factura y presupuesto

La pre-factura

En primer lugar, definimos la pre-factura como un documento con naturaleza de comprobante para el comprador y el vendedor, pero sin implicación fiscal.

Se utiliza cuando el comercio confecciona un pacto de venta con el cliente, sin llegar a realizar la factura definitiva con carácter cerrado.

Tiene utilidad en los establecimientos en los que hay varios vendedores atendiendo al consumidor, que realizan pre-facturas con comisión para que posteriormente, el comprador se dirija a la caja de pago y allí abone el importe correspondiente que haya sido fijado en la pre-factura.

Seguidamente, se generará la factura final para el cobro y se eliminará la prefactura correspondiente.

La factura proforma

La factura proforma es un documento tipo borrador, que se utiliza como seguro de acuerdo en relación a los detalles fijados en la operación. No tiene validez a título fiscal.

Tiene una gran utilidad en las exportaciones del comercio internacional y en las operaciones de tipo leasing, como resguardo para las entidades financieras que necesitan el documento para iniciar el préstamo. Cuando el crédito se otorga finalmente, se convierte la proforma en factura final.

Presupuesto

El presupuesto no tiene carácter formal de factura y por tanto, no sigue la estructura de ésta. Se puede remitir a través de un correo electrónico, documento, etc. para mayor comodidad de ambas partes.

El presupuesto comercial permite que el cliente estudie una oferta comercial y escoja finalmente, el producto que más le interese. No tiene tampoco validez fiscal, ni serviría como justificación de ingresos o gastos de cara a Hacienda.