Características de la contabilidad de costes
En la contabilidad de costes, o de costos, se tiene en cuenta el coste de los productos que se fabrican. Una de las características de la contabilidad de costes que hay que tener en cuenta es que sirve de apoyo a la contabilidad financiera. La contabilidad financiera se ocupa de recopilar y ordenar los datos de la actividad financiera de una empresa.
Qué es la contabilidad de costes
La primera de las características de la contabilidad de costes es la de realizar una valoración de los costes directos e indirectos. Con esta valoración, la empresa, podrá tomar decisiones con respecto a los costes, o ventas, de sus productos. Se diferencia de la contabilidad financiera en que solo se puede utilizar por personal de la empresa. La contabilidad financiera recopila información para cualquiera.
Las valoraciones de costes de la actividad de la empresa se llaman imputaciones y se dividen en directa e indirecta. La imputación directa son aquellos costes que se miden como los de las materias primas o los servicios consumidos directamente. La imputación indirecta corresponde a los costes indirectos como los diferentes procesos a los que son sometidas las materias primas. Estos no permiten una valoración exacta con respecto a la cantidad producida.
Objetivos de la contabilidad de costes
Los objetivos principales de la contabilidad de costes son determinar los costes y realizar un análisis. Esto permite la planificación y la gestión de la empresa. Una empresa se apoya en estos datos para evaluar el rendimiento y poder tomar las medidas que sean necesarias.
Con la contabilidad de costes se conoce la eficiencia de la producción. Se controlan los gastos de producción y así se permite obtener beneficio por cada unidad de producción. También se analizan imprevistos para realizar planes de control y así tomar decisiones sobre la producción. Con todo esto, la empresa podrá valorar su inventario.
Tipos de costes
Otra de las características de la contabilidad de costes más importante es saber los tipos de costes. Ya hemos visto la división en costes directos e indirectos, pero hay otras clasificaciones.
Según el comportamiento, es decir, si dependen o no de la producción, tenemos costes fijos y variables. Los fijos se mantienen fijos, aunque cambie la producción y los recursos. Los costes variables varían según el nivel de producción.
Según el periodo de tiempo tenemos costes a corto plazo y a largo plazo. Los primeros son menores a un año. Y los segundos con plazos superiores a un año.
Y, según su naturaleza, tenemos costes de amortización, financieros, de tributos, de personal, de materias primas y de venta. Los costes de amortización son aquellos relacionados con los bienes ya sea su reparación o mantenimiento. Los costes financieros los relacionados con el desarrollo de la empresa. En cuanto a los costes de tributos, estos están relacionados con el pago de impuestos. Para continuar, los costes de personal que están derivados al pago de las personas que realizan el trabajo de producción, su sueldo. Los costes de materias primas son los de los materiales que se emplean en la producción. Y, por último, los costes de venta son los que aparecen en la última parte de la actividad económica. Son el traslado de los bienes hasta el consumidor.
En resumen, la contabilidad de costes es la que se encarga de recopilar la información de todos los costes. Que derivan de la producción en la empresa. Estos datos son muy importantes para el presente de la empresa, controlar los gastos. Y, para el futuro, para poder desarrollarse con los cambios de planes pertinentes. Esperamos que estas características de la contabilidad de costes te sirvan de ayuda.