Facturar los traductores
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¿Cómo facturar siendo traductor? Factura por los servicios de traducción

Antes de emitir cualquier tipo de factura, el traductor freelance ha de estar dado de alta tanto en Hacienda como en la Seguridad Social. Para lo primero habrá que rellenar el modelo 037 y darse de alta en el epígrafe 774 del Impuesto de Actividades Económicas. Para no cometer ninguna infracción a la hora de facturar los servicios de traducción vamos a repasar las obligaciones fiscales que tiene el traductor y cómo se hace la factura correspondiente.

El IVA en la traducción de idiomas

La factura de traductor, al igual que otros profesionales, deben aplicar tanto el IVA como las retenciones del IRPF correspondientes. Esto implica que trimestralmente, según marca el calendario fiscal, habrá que presentar trimestralmente el modelo 303 de IVA. Existen excepciones, es decir, hay casos en los que están exentos de aplicar este impuesto. Estos son:

  • Cuando se realiza este servicio para una empresa o profesional cuya actividad y residencia está fuera de España.
  • Si la empresa o profesional está afincado en las Islas Canarias.
  • Cuando el servicio prestado ha consistido en traducciones de obras literarias, científicas o artísticas y que están sujetas a derechos de autor.

El IRPF en la factura

En cuanto al IRPF de la factura, la retención a aplicar será del 15%, excepto en aquellos casos de nuevos autónomos que podrá aplicar el 7% durante los tres primeros años de actividad. Aunque debemos tener en cuenta que el IRPF solo se aplicará en aquellos casos en los que el cliente sea una empresa u otro profesional. Asimismo, habrá que declararlo de manera trimestral a Hacienda rellenando el modelo 130.

Sin embargo, debemos hacer un matiz. Si se aplican las retenciones a más del 70% de las facturas que se emiten anualmente, la Agencia Tributaria exime de la obligatoriedad de tener que presentar el modelo 130.

Recuerda siempre desgravar todos aquellos gastos derivados de la actividad como Internet, teléfono, material de oficina, cartuchos de tinta para la impresora,  ordenador, diccionarios, mobiliario, transportes, etc. Si desempeñas tu trabajo desde casa podrás descontar la parte proporcional de gastos de luz, agua y gas. Eso sí siempre y cuando estén a tu nombre.

Cómo se hace una factura por servicios de traducción

Aquí tendremos que tener en cuenta de si el cliente está en la Península, en las Islas Canarias o en la Unión Europea o si nos acabamos de iniciar nuestra actividad. Como hemos visto antes el IRPF puede variar, aunque también depende del trabajo a realizar,  ya que este puede estar exento de IVA.

Para que la factura de traductor sea válida ha de contar con los siguientes epígrafes.

  • Datos del cliente: nombre o razón social, NIF o CIF, dirección.
  • El número de factura, que ha de ser correlativa a las que vayamos emitiendo, sin saltarse ningún número.
  • El concepto. Se ha de explicar de manera breve en qué ha consistido el servicio prestado.
  • Los tipos de IVA  y de IRPF, en el caso de la retención dependerá de, como ya hemos mencionado, si somos nuevos autónomos o no.  Asimismo el IVA lo aplicaremos en aquellos casos que haya que incluirlo. Esto es debido a que en el artículo artículo 20. Uno. 26.º – Ley 37/1992 contempla excepciones que hemos mencionado ya con anterioridad.
  • También se han de detallar las condiciones de pago y el vencimiento de la factura.
  • Por último, aunque no es necesario, podemos optar por emplear un diseño que agregue nuestro logotipo o lleve algún tipo de diseño. Pero eso dependerá ya del gusto de cada cual. Eso sí la factura de traductor será válida siempre y cuando incluya los datos que hemos citado.

Y así es cómo se emite una factura por los servicios de traducción. ¿Tienes alguna duda?

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