Guía para hacer un cierre fiscal perfecto
Hay algo que todos los emprendedores temen y eso es, sin lugar a dudas, las declaraciones. Sin embargo, hay algo todavía más temido: el cierre fiscal. Al final del ejercicio fiscal cada año empresarios y fiscales han de ponerse manos a la obra con la contabilidad del negocio. El objetivo no es otro que calcular el resultado del ejercicio, es decir, el beneficio neto. ¿Quieres saber cómo hacer un cierre fiscal perfecto? Veámoslo.
Pasos para hacer el cierre fiscal correctamente
El cierre fiscal es el proceso que recoge, teniendo en cuenta el pago de impuestos y los importes desgravados, el resultado final del ejercicio. Así pues, debemos preparar el cierre cada año, no necesariamente al final del año, sino pasados 12 meses desde el primer registro de la actividad profesional. No obstante, lo más común es que los negocios inicien su año contable a principios de año.
Puesto que en el cierre fiscal se recoge la actividad empresarial de todo un año, se debe hacer detenidamente y con tiempo suficiente. De hecho, la Agencia Tributaria da un plazo de 3 meses tras el final del ejercicio.
1. Estar pendiente de las fechas
Como hemos dicho, no se hace al final del año, sino al final de tu ejercicio fiscal. Por ello, cada empresa lo hará en un momento diferente. Es importante estar pendiente del plazo para que no se te pase.
2. Repasar facturas
Asegúrate de que los datos de las declaraciones trimestrales de ese ejercicio fiscal son correctas. Para ello, tendrás que revisar las facturas tanto de gastos como de ingresos. En caso de que haya algún error, es el momento de corregirlo.
3. Hacer el cierre contable
El cierre fiscal y el cierre contable son dos procesos que van de la mano, pues antes de hacer el cierre fiscal, debemos haber realizado el cierre contable. Este proceso consiste en hacer balance entre los ingresos y los gastos. Así pues, se deben cerrar las cuentas (gastos, ingresos, etc.) del negocio para ver si el resultado son pérdidas o ganancias. En función del resultado, el patrimonio del negocio disminuirá o aumentará.
Ver más: Diferencia entre el cierre contable y el cierre fiscal
4. Pagar el Impuesto de Sociedades
El IS es un impuesto que tendrán que abonar aquellos autónomos que hayan formado una sociedad.
El modelo es el 202 y el importe que se debe abonar dependerá, igual que ocurre con el IVA, del balance contable de la empresa. Así mismo, hay costes que se pueden deducir y otros que no se aplican a este impuesto. Por ello, lo más conveniente es dejarlo en manos de tu gestor.
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5. Presentar los modelos anuales
Y tras la presentación de las declaraciones trimestrales a lo largo del año, llega el momento de presentar las anuales. Aunque hay múltiples modelos, los más habituales son:
- Modelo 390: es el equivalente al 303 trimestral, es decir, es el modelo por el cual declaramos el IVA.
- Modelo D-100: equivale al 130 trimestral, por lo que sirve para declarar el IRPF.
- Modelo 111: se debe presentar en caso de haber realizado subcontrataciones.
- Modelo 180: es la versión anual del 115, modelo a través del cual declaramos el coste del alquiler de un local.
6. Amortizar los activos
Los activos de una empresa, es decir, el mobiliario, las máquinas, etc., con el tiempo pierden valor y deben reemplazarse. Este proceso, que supone un gasto a la empresa, es lo que conocemos como amortización. Así pues, debemos calcular el gasto que ha supuesto tal pérdida de valor, en función de la vida útil que ha tenido el activo.
Ya ves que el fin del ejercicio supone un buen quebradero de cabeza. ¡Sigue estos consejos y todo será mucho más fácil!